Quebrantahuesos 2012

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Al fin vuelve una crónica deportiva al blog.
Había ya ganas de ponerse en una línea de salida, y volver a sufrir, ya echaba mucho de menos la sensación que se tiene antes de la salida. 

Primer reto deportivo que logro cumplir tras un año y medio de parón, y la verdad, que no podía haber teminado más contento.


Para el que no la conozca, es una marcha cicloturista, sólo de bici, que tiene 205 km, en la que se suben 4 puertos en los pirineos de Huesca.

La diferencia con un Ironman es que sabía que la meta la iba a cruzar, al ser sólo bici, con la preparación que uno lleva durante estos años, sabe que si no pasa nada raro, la meta es accesible. Lo único sería saber en qué tiempo, en otro momento me hubiera importado más la pelea contra el crono. Esta vez, aunque quería bajar de 7 horas, no me importaba mucho y realmente durante la carrera no le hice al cronómetro, aunque sí le hice muchísimo caso al pulsómetro.

La carrera, está bien organizada y da gusto ponerse en la línea de salida, pero creo que al ser tantísima gente, se desvirtúa un poco. Echo en falta unos cajones de salida más regulados. porque a los que han corrido otros años si pueden optar a cajones de hasta menos de 7 horas o así, pero el mogollón, dónde estamos los miles, se impone el marica el último y a pesar de colocarme casi 30 minutos antes de la salida, salgo en mitad del megapelotón, que para hacer una idea, tardé casi 10 minutos en cruzar el arco de salida.

La salida, breve charla con los ciclistas que me rodean, sirve para que me hablen de la dureza de algunos puertos, que aunque ya conocida, sorprenden con alguna info, sobre todo relativa a los avituallamientos, que desconocía.

Y PATAPUM.

Se oye la salida, y bueno, nosotros esperamos pacientes a que nos toque empezar a movernos, un ratito después.
Hemos sido advertidos de que en la parte francesa refresca y otros años ha hecho mucho frío, así que de salida vamos bien abrigaditos. Chaleco cortavientos, manguitos y atrás un chubasquero, por si acaso que nunca se sabe.
Creo que acerté ya que no pasé frío en ningún momento.

De salida me sorprende la alta velocidad que lleva la gente, salimos fuertes y empezamos a intentar colocarnos en un grupo de gente que vaya a rozar las 7 horas. Voy preguntando a la gente según llego a algunos grandes grupos con pinta de querer organizarse y me empieza a sorprender, que te dicen que van a hacer 8:30. Sorprende porque vamos llaneando a unos 45/50 km/h, que quieras que no, pues cuesta un poco y yo pienso, que a ese ritmo bajamos de 7 con la chorra. Pero me comentan que en el puerto aflojarán.

Siguen los km y mi vejiga, maldita ella, decide salir a pasear. Antes de salir esperando en la salida, ya tuve que hacer un par de vistas al árbol que tenia al lado. Y al salir, en el km 20 tengo que parar porque no me aguantaba más. Aprovecho una subida. Aunque aún no hay pelotones formados y continuamente pasa gente me jode porque iba junto a un club en el que iban rodando rápido y con buena pinta, pero bueno. 

Me recupero rápido y con un pequeño calentón llego al grupo en el que estaba antes, al menos a la parte de atrás. Mis compañeros de antes ya se han ido hacia delante y nos le veo. 

Y con esas llegamos al inicio de Somport metidos en un gran pelotón. Y zas, todo el mundo pasa de una velocidad de vértigo a subir a paso de tortuga.  De pronto me veo yo por delante de ese grupito, que en este momento se ha destrozado y ya cada uno hace su guerra y parece más una lucha de gotas de agua. 

Me planteo las subidas a ritmo, cojo el pulsómetro en 163, mi límite aeróbico y para arriba. Intentaré no superar ese pulso salvo que sea necesario. Y así a ese ritmo, empiezo a pasar a muchísima gente. Coincido con un chaval del Club Ciclista Arandino, César, charlamos un rato y se hace más ameno, pero el va algo más a tirones que yo, y hoy mi plan está claro, a ritmo. Así que en una de estas yo sigo hacia delante y ya no nos volvemos a cruzar. 

Cerca de la cima llegamos al primer avituallamiento, ¡LA GUERRA!. Tienes que tirar la bici al suelo, ir a unas mesas donde hay comida, cogerla y seguir. Los bidones te los rellenan o bien los rellenas tu con coca cola, aquarius o lo que quieras. Muchísima comida, pero es la guerra! Todos allí a la vez.

Hice bien en llevarme unos cuantos geles en el maillot, ya que en este primer avituallamiento sólo cogí agua, suficiente para llegar arriba del puerto. 
No es un puerto duro, además, al ser el primero aún vas bien de fuerza y se agradece. 


Al llegar arriba, cogemos un periódico para abrigarnos y nos lanzamos a la bajada, que es la parte que realmente más respeto me da, al ser tanta gente, no sé si habrá muchos problemas en las curvas. Suerte que al empezar la bajada me voy un poco por delante de un grupo y al final hago la bajada entre unos 10 ciclistas, que hace que mas o menos podamos trazar cómodamente en las curvas.

La verdad es que una bajada bastante larga, con buen asfalto y se agradece, pero se nota lo que siempre dicen. Es pasar a Francia y hace frio. Y cierto es, dejamos el sol para meternos en una especie de nieblina fina que se ve al fondo, con el cielo gris pero que no parece que vaya a mojarnos. En este punto si que toca calentar un poco las piernas y comer comer y comer!

Ya abajo se monta un buen pelotón con la gente que ha ido bajando y de nuevo me comentan que la gente de él quiere bajar de 8 horas, así que repito operación, iré metido con ellos en el llano, porque ruedan muy rápido y al llegar a Marie Blanque, veremos qué ritmo llevan.

Los avituallamientos siguen a su manera, en alguna fuente me he parado a coger agua, ya que al haber menos gente se perdía menos tiempo en vez de esperar al avituallamiento. De momento vamos comiendo bien y la sensación es que aún las fuerzas se mantienen.

Y llegamos a Marie Blanque.

Bonito puerto, media del 7,1 y sobre todo, el tramo final es muy entretenido. 
Tal y cómo ocurrió en Somport, la gente frena muchísimo al subir el puerto y yo repito operación. Ritmo aeróbico y ale, para arriba. Y de nuevo a pasar a muchísima gente, tanto en somport como aquí me pasaron subiendo unos 15 o 20, pero pude adelante a centenares tranquilamente y al final vas cogiendo motivación.. Y se sube el pulso... Y por eso iba MUY pendiente del pulso, esto es muy largo y no podemos permitirnos excesos.
El tramo final, esos últimos 4 km.. parecen duros y lo son. La cima del Marie Blanque es justo el punto medio de la carrera, osea que ya con casi 100km en las piernas esas rampas se hacen duras. En este punto el pulso sí se me va un poco, pero sigo cómodo así que intento mantener la cadencia en todo momento. Es en este puerto donde marco el pulso medio más alto, así que tengo claro que hay que comer mucho en la bajada. Con el 39-27 metido hasta arriba, porque no hay más!

La cima es muy amplia y me meto un buen festín en el avituallamiento, cargo bien de comida y me lanzo para abajo comiendo como estuviera en una boda, que el siguiente puerto me tiene asustado. En la bajada se ve gente que piensa que la carretera es suya y ocupan los dos carriles para trazar, cuando hay gente que baja muy rápida. Veo un par de amagos de choques por ese motivo y decido adelantar a esta gente porque veo que al final nos tiran.

Y al fin, llegamos a la tachuela importante, no por dureza, sino por sus casi 30km de subida.


Es una preciosidad de puerto, pero madre de mi vida, se hace muuy largo. Además, suele haber en estos puertos cada km lo que falta para llegar arriba y la pendiente media del km siguiente que tienes por delante. El ir viendo, faltan 27, 26, 25, 24... 15, 14, 13, ... 9, 8... Se hace eterno!! Eso sí, es lo más Tour que te puedes imaginar, con esos túneles que están abiertos por un lado del km 20 y 24, que cae agua por encima, con niños recogiéndola en vasos para ofrecérnoslos y que nos los tiremos por encima. Yo cada vez que miraba a cualquier lado me imaginaba cada foto.. 



Y ya por fin, cuando llegas a los últimos 2km, empieza la animación. Todo lleno de gente, las cunetas llenas y te animan como locos. ¡Así me subo yo lo que haga falta! Ya era hora! Llego con la espalda un poco dolorida de tanto agarrado al manillar tirando de riñones, intenté cambiar posturas y ponerme de vez en cuando de pie, pero al llegar a la cima me

Y por fin hacemos cima, de nuevo, cargar comida y para abajo como locos.
Es una bajada anchota, con buena carretera, y esta vez estoy más encerrado porque voy con mucha gente cerca, una pena, es de esas bajadas para hacer a loco.

La bajada se hace corta, y en nada ya estamos al lado del pantano de Búbal, listos para bordearlo y dejar de sufrir, subir Hoz de Jaca. Corto pero con rampas de hasta el 12-13%, que con 160km en las piernas, esperaba que no se hiciera duro.

Aquí empecé a notar que había guardado mucha fuerza antes, iba en un grupito y empecé a subir fuerte, y me fui hacia delante sólo, buscando un grupo que había delante. Con esas se me hizo el puerto corto, aunque tuve que dar un par de chepazos buenos en las rampas duras y sobre todo en la parte final, que la carretera se estrechaba mucho y era un poco peor.

Al llegar arriba te entra un alivio, saber que ya lo que queda es favorable.. que yo creo que hace que te entren más fuerzas.
De aquí a meta, faltan 30km y ya una bajado hoz de jaca, la bajada más divertida porque es estrecho, con curvas y cambios de rasante (con el tráfico cerrado da gusto) enfilo ya en un gran pelotón, de unas 100 personas, el tramo final.

Empezamos a comentar por la parte de atrás, que si apretamos bajamos de las 7 horas,  pero que a este ritmo que van tirando los de delante, va a estar muy justo... Y na, con el chico con el que hablaba y yo nos vamos para delante y nos ponemos a tirar del grupo (aquí me di cuenta de que había ahorrado fuerza). Vamos al principio a relevos los 2, tirando a 38-40 por hora y luego ya van entrando otros 3 o 4 más. Igual que en triatlón, hay gente reservona y gente que quiere colaborar (los menos, como siempre). Entre estos 5 o 6 conseguimos acelerar el ritmo lo suficiente para entrar con un sub 7 horas más holgado y de esa manera disfrutar la entrada en meta.

Me doy el lujo incluso de hacer un pequeño sprint para entrar de los 5 primeros del pelotón y así entrar más tranquilo y poder saborear el final.

Cruzar la meta supuso un alivio, más emoción que al cruzar la meta del Ironman. Han sido muchos meses en que no pude competir, mucha tensión acumulada y el volver a verme de nuevo ahí, viendo que al menos en bici sigo en el nivel que estaba antes y que además, disfruté la carrera como un niño, me hizo emocionarme un poco. Al día siguiente evalúo la carrera y creo que podía haber dado algo más. Guardé fuerza y por al final me sentía tan bien, que en alguno de los relevos que daba incluso abría hueco (como no miraba el gps pensaba que mantenía el ritmo). Así que habrá que volver.. a rebajar ese tiempo =)

Al final tanto entreno sirvió, aunque haya quitado horas a M, a la cama y a mi gente.
Poder disfrutar cada km de una dura carrera, es impagable. Porque, yo disfruté cada subida y cada bajada. Ya tenía ganas de salir a competir.

                                                         Diego haciendo cosas:

Diego Abrigado subiendo

                                                          Diego Abrigado bajando

Diego tumbando

Diego Apretando los dientes

 Diego subiendo Hoz de Jaca


Diego bajando Hoz de Jaca


HASTA LA PRÓXIMA