Así es cómo debería ser y así es cómo es. Aprovechar para entrenar cada día sin saber si al día siguiente podrás volver a correr o montar en bici.
Tal vez al día siguiente la rodilla se despierte dolorida, o tal vez no. Tal vez sea pasado mañana. Por ello hay que disfrutar cada día:
Sentir de nuevo el aire cuando en bici te agarras al manillar para contrarrestar la fuerza del viento de cara… O cuando vuelves y te pega el aire de culo, entonces comienzas a rodar, a escuchar el bufido de la rueda de 90mm delantera y empezar a ver valores en el cuentakilómetros que hacía mucho que no ves.
Salir a correr y sentir de nuevo la lluvia, el sonido mientras el agua cae y a la vez tus pasos constantes, a un buen ritmo únicamente siguiendo esa línea recta que marca la carretera.
La sensación de llegar a casa tras un día de 3 o 4 horas de entrenamiento, cansado, agotado, rendido. Sensación del trabajo bien hecho.
Momentos que a veces no se valoran, porque no se tiene consciencia de que tal vez un día dejan de estar ahí, pero qué bueno es volver a sentirlos!
Mientras la rodilla aguante, mientras el dolor sea muy leve tal y como es ahora, seguiré disfrutando cada mañana de la sensación de que hoy entrenaré.
Una ración de FoToS.
Barcelona en San Valentín, el amor no conoce límites, perros y humanos por igual.
Reflejos del MareMagnum… busca a Wally, encuéntranos…
Colón….
El Mar
¿Hace un descansito?
Yo!!!!!!!
Bicing…
Hotel Ars
El Casino
La Paloma se quedó agustito….
El Sol en cada rincón…
Chimeneas modernas…
El avión que me llevó a Madrid de Vuelta.
2 comentarios:
debajo de la aroja de la primera foto!
buena filosofía, que todos la aprendamos.
(pero parece que ahora la noche te confunde...)
Carpe diem!
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