A veces uno se para a pensar en qué mueven las cosas, porque las cosas funcionan, o tal vez, por qué no funcionan. Somos triatletas o al menos intentamos serlo, unos entrenamos más y otros entrenamos menos, pero durante esas horas hay mucho que pensar.
Una de las primeras reflexiones podría ser… ¿Por qué somos capaces de levantarnos pronto, madrugar, sabiendo que lo que nos espera es un día de sufrimiento? La gente se sorprende “MUCHO” cuando le cuentas lo que haces o dejas de hacer, sobre todo cómo es tu vida diaria. Yo creo que si mi vida fuera llegar a casa después del curro y sentarme a ver la televisión toda la tarde… se me caería el alma a los pies. ¡En la vida hay muchas cosas que hacer! El problema que nuestro estilo de vida, aparte de quitar tiempo, es un tiempo de sufrimiento, a veces más de lo que uno quisiera.
Cómo dice Humberto, ¿qué nos da cuerda cada día? ¿que nos mueve sin descanso cada día? ¿Por qué nos gusta? Saber que hoy nos esperan 190km en bici, o 20km corriendo, que vamos a pasar mucho calor, que va a ser duro… nos da igual. Esperamos que llegue ese día para cumplir con lo mandado, con ese entreno tan exigente y sentirnos “realizados” al cumplirlo. Supongo que esto depende del concepto que cada uno tiene de la “autorrealización” . Para unos será que su equipo gane este partido, pasar un fin de semana de cañas, tarde de peli y mantita.. o sufrir dando pedales, nadando o lo que se tercie. Para el que habla, un día de entreno duro por la mañana y un tarde de amigos por el centro es un plan perfecto.
Otra pregunta a veces se acerca a mi mente entre pedalada y pedalada, ¿por qué escribimos un blog? ¿necesitamos que la gente nos “motive”? Tal vez sea cierto. Hay veces que uno no cree en los ánimos de la gente que tiene cerca por ser “amigos” (un amigo siempre ayudará a un amigo) y a veces quizá necesite que un tercero le diga su opinión para valorar más lo realizado. ¿y si es al revés? Un amigo nunca te mentiría y siempre será sincero contigo, por lo tanto siempre te dirá la verdad, te guste oírla o no. El caso es que hacemos pública nuestra opinión, preocupaciones o simplemente tonterías. Y entre una cosa y otra se convierte en costumbre, y el ser humano es un ser que se basa en costumbres, y le duele perder las costumbres. Si te acostumbras a una persona y deja de estar…. cuesta “desacostumbrarse”. Cualquier cambio es siempre traumático, así que si algo nos gusta no dejamos de hacerlo. Por mucho que haya pensado muchas veces en dejar de escribir o sólo subir fotos. Sé que hay gente que me lee y eso hace que siga escribiendo, esté mas inspirado o más torpe.
El miedo es algo que a veces no valoramos lo suficiente. 6 semanas me separan de mi destino y miedo es algo que no solía tener, pero ahora es algo nuevo que ha surgido en mi vida diaria. Te hace preguntarte, ¿todos sentimos ese miedo? Ante esa gran prueba, el día D a la hora H. ¿Y si algo sale mal? ¿Todo el sufrimiento diario habrá sido en vano? Hasta ahora yo sabía que si hacía lo que podiá, lo máximo, lo había lugar al miedo. Pero esta vez es distinto para el Ironman si tengo miedo. La rodilla me tuvo parado mucho tiempo, y no sé si habrá otro Ironman en mi vida. La preparación para este tipo de carreras exige de mucho tiempo y dedicación y no sé si podría pasar por todo esto otra vez. Decidí hacerlo, cumplir este año y voy a por ello, pero requiere de un esfuerzo muy grande.
Aquí entra la reflexión. Uno no ha de sufrir cada día y esperar a disfrutar ese día en esa carrera. Uno ha de disfrutar cada etapa, cada paso hacia delante que se da en el camino, cada día, cada dolor, cada lágrima, cada esfuerzo, cada pedalada, brazada o zancada. Disfrutar de algo que se ha decidido hacer. Sólo así cuando llegues al final de ese camino podrás realmente sentirte orgulloso.
Yo hoy disfruté como jamás había disfrutado encima de la bici en un entreno. Tras 191km dando pedales, llegué feliz, destrozado, pero feliz. Eso es lo que cuenta. Lo que pase el día D me da igual. Hoy despertó en mí algo que llevaba meses dormido. Empiezo a tener un poco de motivación.
