14 de Enero, un día cualquiera en la vida de mucha gente. Un día especial o tal vez distinto en la vida de otros. Algunos ese día reciben regalos, llamadas mensajes o simplemente un desayuno especial
Siempre los habrá más o menos tímidos, más o menos vergonzosos
Pero siempre en un día así hay llamadas esperadas, inesperadas, llamadas que no llegan por mentes olvidadizas, mensajes, (ahora con las nuevas tecnologías mensajes en el tuenti o en facebook, o postales virtuales), pero siempre hay algo que no falta...
ya se llame San Marcos, bizcocho, hojaldre, chocolate...
Existen mil maneras de celebrar un cumpleaños. Se puede ir a jugar a los bolos, juntarse con los amigos, salir de cenar por ahí, invitar a pasteles a los compañeros de trabajo... pero a veces, cuando las circunstancias temporales te hacen estar alejado de amigos y compañeros apetece hacer aquello que más te gusta hacer en la vida y que en este momento se llama Triatlón.
Un día de cumpleaños apetece hacer y comer de todo, así que por qué no en el mismo día nadar, correr y montar en bici. Recuperar la bici que no se hizo el día anterior y unirla a la natación y la carrera que tocaba en este día. Así que casi se podría decir que hicimos un triatlón.
Ahora claro, días como hoy requieren atención especial, llevar el móvil encima con el manos libres puesto para responder las felicitaciones mientras recorres 14 km corriendo por carreteras llenas de nieve y lo mismo sobre la bici. Lamentablemente, el teléfono sumergible aún no parece ser muy útil y en la piscina existe la incomunicación. Al terminar falsa alarma, nadie marcó los 9 números durante el rato piscinero.
Y así, idas y venidas, mensajes, llamadas, tartas, batidas de piernas y brazos, series de miles y dosmiles, niveles más duros del rodillo para arriba y para abajo hemos pasado un día 14 de Enero, un día cualquiera para algunos y especial para otros.
Y que cumplas muchos más.
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